La quinta fue la vencida

Se toma la cabeza. No sabe si llorar o gritar de la emoción. Saluda a su rival y apreta el puño mirando a su esquina, donde se encuentran su entrenador José Acasuso y su preparador físico Luis Galván. Manos al cielo y alegría total. Así vivió Guido Pella los momentos posteriores a la derecha paralela que le dio la victoria ante Christian Garín por 7-5 6-3 en la final del ATP 250 de San Pablo.

Pella 1
Foto: Brasil Open

Pero esa final no fue una más, pues significó la primera gran conquista del bahiense en el circuito grande. Poseedor de varios títulos Challengers, Pella había caído en sus anteriores cuatro definiciones. No obstante, nunca bajó los brazos: siguió luchando contra todos los pronósticos. Tantos los externos como los propios. “Esto es pelearla y pelearla, pero siempre me quedó con la sensación de que me faltan cinco para el peso”, decía tiempo atrás.

La vida le tenía guardada una revancha, pero una revancha buscada, por la que batalló para conseguirla. En esta gira sudamericana de polvo de ladrillo demostró su progreso, puesto que alcanzó la final en Córdoba y las semifinales en Buenos Aires, además del éxito reciente en la ciudad paulista. De yapa en la última semana no dejó sets y superó con autoridad a cada uno de sus adversarios.

A partir de mañana, Pella se ubicará en el puesto 34 del ranking mundial, lo que data de la mejor posición de su trayectoria. Semejante ascenso lo deja, asimismo, a las puertas de ser preclasificado en los Masters 1000 de Indian Wells y de Miami.

A algunos les llega antes, a otros después. Y para Pella el 03 de marzo 2019 será un día que quedará grabado en lo más profundo de su memoria.

Por: Ayrton Aguirre

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