“En Venezuela no se vive, se sobrevive”

El tenista David Souto abre su corazón para describir el martirio que se sufre en Venezuela. Desde hace unos meses radicado en Hong Kong por cuestiones laborales, el nacido en Caracas cuenta su vida actual fuera de las canchas y su lucha para que los chicos de su país puedan seguir soñando en medio de un clima casi belicoso.

Souto Instagram
Foto: Instagram David Souto

La carrera de Souto se encaminaba a marcar un antes y un después en el tenis venezolano. No bien dio sus primeros pasos dentro de una cancha, ya ilusionaba a propios y extraños. Las grandes marcas posaban los ojos en él –firmó contrato con Nike a los 12 años- y su futuro auguraba grandes éxitos profesionales. Llegó a ser Top-10 Junior, levantó 15 Futures y a los 22 alcanzó el puesto 208 de la ATP. Sin embargo, los problemas físicos atormentaron toda su trayectoria. Primero un problema en el corazón, que según los médicos podría haberlo conducido a la muerte, y luego severas lesiones en el codo izquierdo, lo condujeron a un retiro prematuro. El sueño de seguir ascendiendo en el deporte que tanto amaba pasaba a la papelera de reciclaje.

“En 2017 quise intentar regresar al circuito para darme otra oportunidad, pero no funcionó. Además, la crisis en Venezuela era cada vez más profunda y se me hacía imposible conseguir cualquier tipo de apoyo económico para sustentar este nuevo intento”, señala Souto a través de una comunicación telefónica.

-¿Cómo ves a tu país a casi 17.000 kilómetros de distancia? ¿Tenés familiares viviendo todavía allí?

-Mi familia sigue en Venezuela. Es muy difícil tener a tu gente allá en momentos como estos. La semana pasada con la crisis eléctrica fueron más de 100 horas sin luz. Es complicado para las personas que no viven allá llegar a comprender lo que eso significa. Mi familia lo sufre, como todos, pero afortunadamente, dentro de la desgracia somos privilegiados. Fueron cientos los enfermos y bebés que murieron en los hospitales debido a la falta de luz y son miles los que mueren año tras año, por escasez de medicamentos, violencia y desnutrición.

-¿Pensaste en volver para estar más cerca de tus familiares?

-Claro que he pensado en volver. Imagino que todos los emigrantes venezolanos lo hemos hecho. Pero nuestros padres, pensando en nosotros, no lo permitirían. Además, somos más útiles afuera que adentro. ¿Cómo puede un joven surgir con una media de sueldo mensual de cinco dólares?

Souto Copa Davis
David Souto representó al equipo venezolano de Copa Davis en 14 encuentros. / Foto: Copa Davis

-Cada vez el número de emigrantes es mayor, la violencia social se torna moneda corriente, los periodistas son perseguidos y deportados y la pobreza junto con la inflación ascienden a pasos agigantados. ¿Por qué hay, entonces, personas que siguen apoyando a Nicolás Maduro?

-Me cuesta mucho creer que todavía exista gente que siga apoyando al régimen. Los que lo hacen, por ejemplo el alto mando de las fuerzas armadas, son los mismos que controlan el país y sus recursos. Es por eso que no van a entregar el poder. En cuanto al pueblo que sufre las consecuencias, estoy convencido que es una minoría inferior al 20 por ciento la que lo sigue apoyando. Tenemos una inflación de 1.5 millones anual, escasez de medicinas, miles de muertos al año por crímenes políticos y todo esto después de 20 años de “gobierno”. Es imposible no darse cuenta que esta gente destruyó el país.

-Con todo lo que me contás, ¿cómo se hace para seguir soñando o para mantener las esperanzas allí?

-Continuar soñando no es posible. En Venezuela no se vive, se sobrevive.

-¿Cómo consideras la ayuda de los países que se solidarizaron con Venezuela? ¿Creés que la colaboración de Estados Unidos tiene algún interés económico?

-Gracias a Dios la comunidad internacional está poco a poco abriendo los ojos sobre la situación en Venezuela. Son más de 50 países en todo el mundo los que piden un cambio. Probablemente exista un interés económico de parte de Estados Unidos, pero ¿no lo existía cuando en 2014 la presidenta Cristina Kirchner recibía cientos de millones del gobierno chavista? ¿No lo ha existido con Cuba a los largo de 20 años? ¿O con Rusia o con China? Han sido más de 10 años de silencio internacional que fue comprado con dinero y petróleo. Si Estados Unidos decide apoyarnos para salir de esta crisis y, a cambio de eso obtienen algún beneficio, lamentablemente debemos aceptarlo, es nuestra única salida. Este régimen ya demostró que pacíficamente no saldrán. Ellos tienen las armas y el pueblo tiene hambre ¿cómo puedes luchar contra eso?

A pesar de vivir lejos de su tierra natal, David sigue de cerca el proyecto de la Fundación Tenis Para Ti, que fundó con unos socios en 2016. “Lamentablemente no he podido estar presente todo lo que hubiera querido, sin embargo la fundación sigue en pie. La meta es brindarle a los niños todas las facilidades para que puedan practicar un deporte y, que a través de él, puedan darse cuenta qué hay vida más allá de las calles, de la violencia y de la droga. Tristemente muchos de ellos llegan al colegio con el estómago vacío, otros comen una vez al día. A través de la fundación y gracias a los esfuerzos de Ramón Dib y su esposa Ana (sus socios) se ha intentado ayudarlos en todo, con comida y medicinas” sentencia Souto. Y concluye: “Tenis Para Ti es más que una fundación que lleva tenis, es un pequeño rayo de luz y esperanza en medio de un infierno”.

Por: Ayrton Aguirre

La quinta fue la vencida

Se toma la cabeza. No sabe si llorar o gritar de la emoción. Saluda a su rival y apreta el puño mirando a su esquina, donde se encuentran su entrenador José Acasuso y su preparador físico Luis Galván. Manos al cielo y alegría total. Así vivió Guido Pella los momentos posteriores a la derecha paralela que le dio la victoria ante Christian Garín por 7-5 6-3 en la final del ATP 250 de San Pablo.

Pella 1
Foto: Brasil Open

Pero esa final no fue una más, pues significó la primera gran conquista del bahiense en el circuito grande. Poseedor de varios títulos Challengers, Pella había caído en sus anteriores cuatro definiciones. No obstante, nunca bajó los brazos: siguió luchando contra todos los pronósticos. Tantos los externos como los propios. “Esto es pelearla y pelearla, pero siempre me quedó con la sensación de que me faltan cinco para el peso”, decía tiempo atrás.

La vida le tenía guardada una revancha, pero una revancha buscada, por la que batalló para conseguirla. En esta gira sudamericana de polvo de ladrillo demostró su progreso, puesto que alcanzó la final en Córdoba y las semifinales en Buenos Aires, además del éxito reciente en la ciudad paulista. De yapa en la última semana no dejó sets y superó con autoridad a cada uno de sus adversarios.

A partir de mañana, Pella se ubicará en el puesto 34 del ranking mundial, lo que data de la mejor posición de su trayectoria. Semejante ascenso lo deja, asimismo, a las puertas de ser preclasificado en los Masters 1000 de Indian Wells y de Miami.

A algunos les llega antes, a otros después. Y para Pella el 03 de marzo 2019 será un día que quedará grabado en lo más profundo de su memoria.

Por: Ayrton Aguirre

Un Topo que asomó alto en Córdoba

No existe lugar en el mundo para uno más ideal que donde uno vive. La tierra que te vio nacer es siempre un lugar ameno para reencontrarte con tus mejores sensaciones. Y, además, con aquellos momentos que con el correr de los años permanecerán guardadas en el baúl de los recuerdos.

Cordoba Open
Foto: Córdoba Open

Jesús María es el terreno de la doma y, desde hace 25 años, la residencia de Juan Ignacio Lóndero, donde empuñó por primera vez una raqueta. Ayer, después de pelearla durante un largo tiempo, logró el sueño de su vida: coronarse en un torneo ATP. Y lo hizo nada más y nada menos que a menos de 60 kilómetros de su casa tras vencer a Guido Pella por 3-6 7-5 6-1 en la final de la edición N°1 del Córdoba Open, que se realizó en el complejo deportivo del Mario Alberto Kempes, en la capital cordobesa.

Con la presencia de sus amigos en las tribunas, el Topo –como lo llaman los más íntimos- tuvo su semana memorable. Esa que será difícil de olvidar en el corto plazo. A partir de sus martillazos de drive y de revés, bajó a Nicolás Jarry, Lorenzo Sonego, Pedro Cachín, Federico Delbonis y al ya mencionado Pella. Los últimos tres, argentinos. En esos duelos, el público estuvo de su lado.

Gracias a una invitación por parte de la organización, Lóndero logró disputar el cuadro principal del torneo. De modo contrario, estaba obligado a superar la clasificación. Sin dudas, el destino jugó de su lado. Atrevido, suelto y decidido sumó su primer triunfo a nivel ATP, encadenó una serie de victorias y terminó festejando a puro baile en medio de la cancha central con su equipo de trabajo y los más cercanos que se acercaron para vivir y disfrutar una ocasión inolvidable.

Asimismo, escaló 43 posiciones en el ranking, situación que lo ubica hoy como el nuevo 69° del mundo. En consecuencia, se aseguró ingresar de manera directa a Roland Garros y Wimbledon, lo que significa un ingreso mínimo de casi 100.000 dólares. Una valiosa cifra que le permite encarar el año de otra manera. Más distendido y sin la obligación de pensar en cómo poder subsistir en la picadora de carne que es el circuito. Y, de yapa, podrá viajar con el Gringo Schneiter, su entrenador, quien lo bancó cuando no tenía dinero para poder pagarle las prácticas.

Tenis para mantenerse le sobra. Golpes para seguir dando sorpresas, también. Lógicamente siempre existen cosas para desarrollar, pero con los pies bien afirmados sobre la tierra seguramente seguirá dándole alegrías al tenis argentino.

La vida de Lóndero cambió por completo.

Por: Ayrton Aguirre

CARTA ABIERTA

Los medios de comunicación van cambiando todos los días. La tecnología obliga a adaptarse. Y con el correr del tiempo aparecen nuevas plataformas como las diferentes redes sociales que logran acaparar gran parte de la atención y cada vez continúan ganando más terreno.

Sin embargo, el trabajo de un periodista no pasa exclusivamente por esas plataformas. Sí, muchas veces, sirven para volcar el trabajo, comunicar, llegar a otras audiencias e interactuar con mayor velocidad y alcance con personas que pueden situarse a más de 15.000 kilómetros de distancia.

Ser periodista traspasa esa barrera. Investigar, buscar propias fuentes, charlar con los protagonistas, estar en el lugar de los hechos. Todo parece olvidado o relegado por goles, encuestas y debates a los gritos en la televisión. Tanto es así que si hoy en día no tenés cierta cantidad de seguidores, “no sos nadie”.

De esa manera, ciertos “capos” de la práctica periodística prejuzgan a los que están ajenos a los redes o no le dan la relevancia necesaria. Si bien considero que las redes ayudaron a pluralizar las voces y a dar a conocer a otros periodistas –algo que celebro-, me parece irrisorio evaluar a todos de ese modo.

Luego de cuatro años de lucharla, de ir a Challengers, Futures, Interclubes, conferencias de prensa, torneos de menores y entrenamientos de jugadores y, además, de apostar por la creación de un medio propio (como los es Un poco de tenis), el 30 de enero me llegó la confirmación de la acreditación para el Argentina Open. Un sueño se hacía realidad.

A partir de entonces, cambié viajes programados, diagramé un esquema de posibles notas para escribir durante el torneo, investigué a los tenistas confirmados y busqué particularidades de cada uno para pensar las mejores entrevistas posibles, en caso de que ellos accedieran a un posible pedido. Destiné casi mi tiempo completo a hacer el trabajo invisible, ese que los lectores nunca ven, pero que es la clave para la correcta realización de nuestra tarea. Un laburo que da gusto hacer y que lo repetiría sin queja alguna.

No obstante, a menos de dos días para el comienzo del campeonato, sucedió un imprevisto. El Jefe de prensa del torneo (cabe aclarar siempre bien predispuesto a ayudar en lo necesario) me comunicó que la acreditación había sido cancelada. Fue un audio que me dejó shockeado. No sabía cómo reaccionar. Bronca, tristeza, rabia. Todo eso y más pasó por mi cuerpo esa noche.

Si bien insistí en que debía haber un error, que no podían cancelar algo otorgado, no hubo vuelta atrás. El sueño de asistir al torneo de tenis más importante del país estaba terminado. Y todo por no contar con una “actualización semanal de la página web –cuando la idea del sitio no es ir detrás de los resultados, sino escribir sobre otras aristas del deporte-” y por tener “pocos seguidores”. ¿Son argumentos suficientes para cancelar una acreditación? En todo caso, ¿por qué no evaluaron eso antes de confirmar otorgar la credencial? ¿Se imaginan si Wimbledon cancela una acreditación a menos de 48 horas del inicio del torneo?

En definitiva, cubriré el Argentina Open viendo todos los encuentros desde el sillón de mi casa, sin la posibilidad de estar en el lugar donde realmente suceden los hechos que no siempre son dentro de la cancha. Lo haré con el mismo compromiso de siempre pues la pasión y el trabajo no van de la mano solamente con una credencial.

Ayrton Aguirre
Director de Un poco de tenis

Malas noticias: Del Potro se pierde el resto de la temporada

El día se prestaba para la celebración total. Nada parecía poder empañar la consagración de Facundo Díaz Acosta y Sebastián Báez en el dobles de los Juegos de la Juventud, que le daba la quinta medalla dorada a la delegación argentina. Sin embargo, una confirmación a miles de kilómetros de distancia retumbó en el ambiente del tenis. Juan Martín Del Potro –a instancias de su jefe de prensa, Jorge Viale- anunciaba lo que nadie quería oír: “Fractura en la rotula derecha. Se estima reposo con una férula. Y el tiempo de recuperación es indeterminado”.

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Del Potro. / Foto: AFP

Lo peor se terminó de corroborar. La lesión del tandilense, que sufrió en el duelo de tercera ronda del Masters 1000 de Shanghai ante Borna Coric, le costó la temporada. Estaba viviendo el momento de consolidación dentro de los mejores cuatro del mundo. Nuevamente disfrutaba codearse en los primeros puestos y, además, venía acarreando la temporada más regular de su carrera (dos títulos; otras cuatro finales –entre ellas el US Open- y las semifinales de Roland Garros). Cuando los dolores habían quedado en un segundo plano, el martirio de las lesiones volvió a atacar a Del Potro.

Si hay algo que caracteriza al argentino es su capacidad de resiliencia. De salir adelante. Vaya que sabe levantarse después de una caída. No obstante, este golpe le llega a los 30 años y con varias cirugías en el lomo. En su carta desgarradora en sinceridad, a Del Potro se lo notó abatido. Como sin ganas de continuar.

El destino le puso en el camino otra prueba difícil de superar. Habrá que ver si Del Potro será capaz de vencer la batalla y sólo el tiempo podrá ayudar a disipar esta duda.

Por: Ayrton Aguirre

Del Potro sigue haciendo historia

2009. Nueva York, Estados Unidos. Semifinales del US Open. Juan Martín Del Potro ante Rafael Nadal. Triple 6-2 a favor del tandilense. Resultado contundente y pasaje sin escala a final. Luego, la historia conocida y repetida miles de veces: triunfo ante Roger Federer en cinco sets y primer y único título de Grand Slam para el tandilense.

Del Potro
Foto: AFP

Hoy, nueve años después de aquella hazaña, Del Potro venció nuevamente al español en el mismo escenario y en la misma instancia. En esta ocasión triunfó por 7-6 6-2 y retiro por lesión en la rodilla izquierda del 11 veces ganador de Roland Garros.

El tandilense volvió a escribir una nueva página en el guión de la película que comenzó a rodar allá por febrero de 2016 cuando decidió intentarlo una vez más. Por aquel entonces su único objetivo era poder divertirse en una cancha y, esencialmente, terminar un encuentro sin dolores. Sin pensar en el martirio que le estaba causando su muñeca izquierda.

A partir de ese momento, Del Potro dibujó un retorno frenético. Sorprendió a propios y a extraños. Sumó una medalla olímpica, levantó la Copa Davis, el tan deseado trofeo por el pueblo argentino, llegó al N°3 del ranking y fue campeón de un Masters 1000 y de tantos otros torneos. Además, alcanzó las semifinales en el US Open y en Roland Garros. El rodaje parecía ser perfecto, aunque aún faltaba la cereza de la torta: una nueva final de Grand Slam.

Tiempo atrás, Del Potro soñó y soñó con lo que está viviendo en estas semanas. El público lo acompaña como si estuvieran jugando en Argentina. Los fanáticos de Flushing Meadows demuestran en cada partido del tandilense el apoyo hacia él. Una ayuda que parece secundaria, pero que realmente lo ayuda y mucho.

El andar que viene arrastrando en el Abierto de los Estados Unidos es superlativo: acumula 17 sets ganados y solamente uno perdido (ante Isner en cuartos de final). Sólido y eficiente, Del Potro se exhibe firme y convencido, aunque con los pies sobre la tierra con el saber de que todavía le queda un paso para sentir la corona del campeón. El más importante de todos.

Mientras tanto y hasta el comienzo del cotejo decisivo ante Novak Djokovic, Delpo afinará su martillo para poder dañar la resistencia que le presentará el serbio. En efecto, sabe que necesita estar preparado para conseguir escribir un nuevo capítulo de la película de sus sueños.

Por: Ayrton Aguirre

El final de una era

Se acabó. Punto final. No hay vuelta atrás. La Copa Davis, tal como la conocemos, tiene fecha de vencimiento, puesto que ayer en Orlando se confirmó la reestructuración del mítico e histórico torneo.

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En 2016, en Zagreb, Argentina venció 3-2 a Croacia y se consagró campeón de la Davis por única ocasión en su historia. / Foto: German Garcia Adrasti

Los dirigentes se cargaron con uno de los certámenes más amados por el público. Temporada a temporada, la Copa Davis sintetizaba una mezcla de sensaciones que sólo eran posibles de contemplarse en ese evento. Ningún otro campeonato pudo ni podrá igualar lo que generaba la Davis: triunfos de jugadores no reconocidos en el circuito, la posibilidad de jugar en tu país junto con tu gente, la presión que sentían muchas veces los mejores rankeados para poder sacar adelante un partido frente a un rival inferior, el color de las tribunas, poder elegir la sede y, en consecuencia, la superficie y los épicos encuentros al mejor de cinco sets. Todo eso, murió. Lamentablemente, la plata, otra vez, se cargó con una historia que nació 118 años atrás. Billetes matan tradición.

A partir de la próxima temporada cambiará la forma de competencia y estará muy lejos de acercarse al formato actual. La idiosincrasia, bien y gracias. Nuevamente ganó la cofradía dirigencial. Ellos son los que tienen voz y voto, pero los que juegan son los tenistas. Y no pudieron ser escuchados. Tanto es así que, por ejemplo, Francia votó a favor de la reforma, mientras que sus representantes se opusieron de manera terminal.

El final de la obra se conocía de antemano, casi como si fuera algo normal. La idea de cambiar, de generar mayores recursos económicos, significó el final de una era. Y los valores que se fueron tejiendo, empezarán a quedar en el camino.

Por suerte, existió 2016, el año que cambió a la Argentina para siempre. El trofeo más esquivo del deporte nacional pudo ser levantado. La deuda quedó saldada a tiempo. Casi como si el destino sabía de este cambio que iba a modificar la Copa Davis para siempre.

Por: Ayrton Aguirre

Del Potro ya tiene ganado un lugar en el Olimpo del tenis mundial

“Si pensas que estoy derrotado, quiero que sepas que me la sigo jugando”. Bajo esa descripción y acompañado por una imagen de un entrenamiento en la playa, Juan Martín Del Potro posteaba un tweet el 6 de octubre de 2015 mientras soñaba con volver. Deseaba ese regreso. Era su máximo ahnelo. Tan sólo buscaba dejar atrás el karma de las lesiones en su muñeca izquierda y poder regresar, aunque sea, una vez más a impactar la pelota de manera profesional. Sin dolores y disfrutando de su profesión, pero también de su pasión.

Del Potro AFP
Del Potro se sumó al club de los argentinos que llegaron al 3 del mundo. / Foto: AFP

Dentro de su círculo íntimo saben todo lo que sufrió. Intentaba dar un paso hacia delante y retrocedía tres. El horizonte parecía lejano y no podía contemplarse. Cuatro veces se sometió al bisturí del médico. Y el quirófano se tornaba una locación habitual.

Estuvo a un paso del retiro. Sin embargo, decidió volver a probar. A intentarlo de nuevo. Sin saber el resultado final, aunque aún con la confianza inquebrantable. No bajó los brazos. La siguió peleando y retornó como el 1045 del mundo. A pesar de eso, el ranking no le movía la aguja. Su objetivo estaba claro: poder terminar un partido sano. Y, de ese modo, fue dando pequeños pasos. Sin saltearse momentos de recuperación. Los resultados no aparecían, pero siguió intentándolo. Su garra quería ganarle a todo padecimiento posible. Luego, el tiempo dio sus frutos.

Ese 2016, el de la vuelta al circuito, fue soñado. Mágico. Básicamente, asombroso para propios y extraños. Del Potro obtuvo en los Juegos Olímpicos de Río su segunda medalla olímpica; en este caso plateada. Sumó un título en Estocolmo y para que la película sea completa levantó la Copa Davis, el trofeo más esquivo para el deporte argentino. El que siempre se deseó y nunca se pudo conseguir hasta ese año, cuando la unión de un equipo y el nivel de alto voltaje del tandilense llevaron a la Argentina a lo más alto. En las mejores fantasías no existían semejantes logros.

Después, a su palmarés se sumaron un ATP 250, también en la capital de Suecia, un ATP 500 en Acapulco y su primer Masters 1000. Otra de las espinas deportivas de Delpo. Y, además, la satisfacción fue completa cuando su adversario era su amigo Roger Federer. Semifinales en el US Open en 2017 y en Roland Garros 2018 rellanaron los resultados del argentino desde la reinserción en la competencia.

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Silbando bajo, Del Potro superó la batalla más importante de su carrera: ganarle a las lesiones. / Foto: DPA

Al mismo tiempo, desplegó un tenis de primera clase. Cambió su repertorio para poder regresar, situación que le amplió la gama de recursos y lo convirtió en un tenista más completo. Dejaron de ser todos golpes fuertes y planos y aparecieron los efectos y la variedad de los tiros. Mejoró su volea, incluyó el slice y generó una mayor potencia con su drive, el más peligroso de todo el circuito, según analizan sus colegas. En cada ocasión posible aprovecha para deleitar al público disparando esa ametralladora llena de magia.

En definitiva, amplió su arsenal de cualidades tanto dentro como fuera de las canchas. Se tornó un referente para los jóvenes a base de amabilidad y abriéndose a una relación directa con los aficionados.

Hoy, Del Potro amaneció en la tercera colocación del escalafón mundial debajo de Federer y de Nadal. Podríamos decir que despertó siendo el N°1, pues el suizo y el español son de otro planeta.

A los 29 años, la vida le regala otra alegría al tandilense: disfrutar de lo que ama sin pensar en los dolores de la muñeca y con la posibilidad de pelear por triunfar en los principales torneos del tour. De todos modos, Del Potro ya dejó grabado en el bronce su vuelta. Esa que lo posicionó como uno de los mejores jugadores de la historia del tenis argentino.

Por: Ayrton Aguirre

El triunfo que necesitaba el circuito

Wimbledon era el escenario perfecto para asaltar la mirada de todo el público amante del tenis. La Catedral se vestía de gala como lo hace cada año con el deseo de recibir una nueva final entre Roger Federer y Rafael Nadal. Justamente durante la actual edición se cumplieron 10 años del partido definitorio más recordado de la historia del evento británico. Sin embargo, Novak Djokovic tenía otros planes en la cabeza.

AFP Djokovic Wimbledon 2018
El resultado de la final fue 6-2 6-2 7-6 en favor de Nole. Anderson tuvo que conformarse con el segundo lugar. / Foto: AFP

Quería demostrar que las lesiones habían quedado atrás y que la mentalidad ganadora volvía a reinar en los courts. Y paso a paso pergeñó con la tranquilidad y la dedicación de un orfebre su regreso triunfal. Ante el sudafricano Kevin Anderson –verdugo de Federer en cuartos de final- lidió por su título N° 13 de Grand Slam. En el camino hacia ese encuentro superó distintos escollos entre los que se destacan Kyle Edmund, Kei Nishikori y, principalmente, Nadal. La batalla –porque así lo fue- frente al español fue la reivindicación necesaria para demostrar su definitivo retorno. Nuevamente sacó a relucir su chapa de “distinto” y crack eterno de este deporte.

Después de haber caído en cuartos de Roland Garros ante Marco Cecchinato, Djokovic había afirmado que su presencia en la gira de césped era una incógnita. A pesar de eso, desafió la incertidumbre y en la tierra del All England and Croquet Club confirmó que la decisión de haber participado fue todo un éxito. Muchas veces arriesgar es ganar.

En Wimbledon Djokovic no sólo sumó su 13° Grand Slam y el título 70 de su carrera, sino que se convenció que su nivel tenístico volvió para quedarse y que lo mejor aún está por venir. Este resultado no era el soñado por la organización, pero si el necesario para el circuito que suma otra vez a un animador de los grandes eventos. La contienda incorpora a un guerrero con hambre de gloria y que promete seguir creciendo en pos de más trofeos.

Por: Ayrton Aguirre

Pecados de tradicionalismo

A veces es mejor cambiar. Romper las reglas y no caer en la tradición. Salir de la zona de confort. Sin embargo, las autoridades de Wimbledon parecen desconocer las modificaciones que viene teniendo el deporte y se amparan en la historia del evento más antiguo del tenis para mantener vigentes ciertos parámetros organizativos.

Wimbledon noche
El partido entre Nadal y Djokovic fue el primero en jugarse hasta las 23.00 con luz artificial. / Foto: Wimbledon

Esta edición del torneo tiene que dar lugar a la reflexión. Es el momento de poner la cabeza en frío para analizar los errores que se cometieron. Actualmente es inadmisible que los partidos se disputen sin tiebreak en el quinto set, puesto que se desvirtúa la esencia, los jugadores terminan con el tanque de nafta vacío y los espectadores se aburren. Además, los televidentes se cansan de observar y cambian de canal. ¿Quién aguanta más de seis horas viendo un partido? Si los dos que se enfrentan son Federer y Nadal, el público celebra una posible extensión en la duración del juego. A pesar de eso, esa situación es difícil que suceda y cuando los que dirimen un partido en ese lapso de tiempo son otros, las quejas se tornan moneda corriente. Asimismo, los perjudicados son siempre los tenistas.

Por otro lado, Wimbledon debe quebrar la esquematización del horario. No todo tiene que ser tan rígido. Las semifinales no pueden comenzar a las tres de la tarde cuando se corre el riesgo de que los encuentros no finalicen con luz natural –a las 21.00-. Tanto es así que sucedió este año por la extensión del duelo entre Anderson e Isner que duró seis horas y 35 minutos. En ese sentido, Nadal y Djokovic debieron jugar con el techo cerrado para contar con iluminación artificial. Así y todo no pudieron concluir con su encuentro y se debió postergar para la siguiente jornada. Allí, decidieron continuar jugando indoor cuando los Grand Slam se juegan a cielo abierto. Otro error y sigue la cuenta.

Cada cuatro años, Wimbledon coincide con el Mundial de fútbol. Si bien las dos competencias son las más importantes de sus respectivos deportes, la organización británica declinó adelantar el inicio de la final simplemente por cuestiones rutinarias e históricas. En ese sentido, si el cotejo decisivo se estira por más de dos horas chocará con el último encuentro de la Copa del Mundo. Los fanáticos del tenis se expresaron en contra de las decisiones que se tomaron en el certamen que se lleva a cabo en el All England Tennis and Croquet Club.

Como si fuera poco, Djokovic llegará a la final con menos de 24 horas de descanso, en tanto que Anderson arrastrará un cansancio físico de más de 11 horas dentro de la cancha. Algo tan excesivo como incomprensible.

En definitiva, en algunos casos los británicos pecan de tradicionalistas.

Por: Ayrton Aguirre